El caso
El primer encuentro con Petrona
Son las ocho de la mañana de un frió mes de agosto del 2007. En el pasillo de hospital se mezclan los pacientes con las personas que acuden al Centro. Sentada en uno de los largos bancos hospitalarios está Patrona, una mujer vieja de origen boliviana, que me mira con atención, sin moverse de su asiento y percibo que me comunica su necesidad de ser atendida
Mi primer contacto con Petrona es cálido y suave, coincidente con su estilo sencillo, respetuoso y a la vez firme . Digno y a la vez humilde.
Nos comunicamos en sintonía ya que la gesticulación de la mujer es más descriptiva que sus verbalizaciones, expresadas en un castellano con acento quechua. Yo la escucho y acompaso mis movimientos a los de ella, en un intento de comprenderla desde su estilo comunicacional.
La conversación es la siguiente
– Mediador (luego de registrar sus datos) Bueno doña Petrona, así que se vino con este frio hasta aquí… Cuénteme en que podemos ayudarla
– Petrona : Yo, señor doctor, vengo porque estoy muy cansada y quiero ayuda.Yace muchos años que vivimos mal por culpa de mi esposo. El hombre toma mucho señor y cuando está curado me pega.. y así nomás..durante años…¿vio?
Lo ojos achinados de Petrona van derramando lagrimas que corren luego por los surcos de su cara agrietada y curtida por vientos y soles de setenta años de vida dedicada a la tierra . Su emoción me emociona aunque muchos de mis colegas se oponen a que el mediador “sienta” por eso de la “neutralidad”
– Mediador: Muchos años así..?
– Petrona: Sí Señor…! viera!….¿ no?… Yo no puedo más señor, por eso necesito su ayuda.
– Mediador: Alguien más necesita ser ayudado Petrona?
– Petrona: Si doctorcito..mis hijos… mire…. ¡Ud. no sabe!…!pobrecitos!
– Mediador: Bien Petrona.. veamos si desde este lugar podemos colaborar con Ud., o si debemos derivarla, esto es invitarla a que busque respuestas en otro lugar,… ¿Si?
– Petrona: !Como Ud. diga señor!
– Mediador: Cuénteme por favor.. ¿cuántos hijos tiene?
Petrona cuenta que tiene tres hijos casados y con familia. Todos sus hijos nacidos de su unión con Danilo de 72 años con quien lleva 42 años de matrimonio. La familia (con excepción de Lucia) viven en una chacra de 4 hectáreas, ubicada a 5 Km, en la que trabajaban la tierra todo el grupo familiar. La mitad de la tierra es cultivada por Petrona y Danilo. La otra mitad, entregada como adelanto de herencia, dividida en tres parcelas iguales, es explotada por sus tres hijos
La mayor de sus hijas, Lucia, tiene 40 años, estudios terciarios incompletos, es madre de Rosa de 12 años Jazmín de 10 y Carlos de 9 Está casada con Alberto de 39 años desde hace 13 años. Vive fuera de la chacra en una casita construida con su marido a 1 km de la ciudad
El segundo hijo es Teodoro, de 38 años, que está casado hace 6 años con Herminia de 27 años. La pareja vive en la chacra con sus dos hijos Carlos de 4 años y Hernán de 3 años. Han construido una casa en un terreno ubicado a 30 mts de la casa paterna. Teodoro ha terminado sus estudios secundarios con orientación a la técnica mecánica .
La tercera hija es Matilde, de 29 años, unida en pareja con Julián de 30 años. No tienen hijos y viven en la casa paterna. Matilde ha culminado la Tecnicatura en Seguridad e Higiene, pero trabaja en el campo familiar. Julián es chofer y en los tiempos libres ayuda a Matilde en las tareas agrícolas
Luego de recabar estos datos, con paciencia para entrelazar mi indagación con los lindos matices de voz de Petrona, de su decir silabiante ( apoyado en la “S”, resaltada en cada palabra), recobramos un diálogo abierto
– Petrona: Él no era mal hombre, trabajador eso sí… hasta ahorita mismo con sus setenta y dos a cuesta y todo el vino que toma…. Nunca nos hizo faltar nada hasta que las malas juntas lo arruinaron señor … Tampoco se hizo de una mujer afuera, hasta que se hechó a perder.
– Mediador: ¡ Aja! … ¿como están las cosas ahora? … !hoy mismo!
– Petrona: Muy mal señor, hace diez años que dormimos por separado en la misma pieza y todas las noches me injuria de todas formas. Nosotros ya no funcionamos como esposos..¿sabe?.
El quiere propasarse y como no lo dejo a veces me golpea, aunque ahorita está mi hija con su hombre en la casa y pone mas cuidado…¿ sabe?
– – Mediador: Si le entiendo bien desde hace diez años comparten con Danilo la pieza en camas separadas y no tienen la misma relación que tenían antes, como esposos. Danilo le dice cosas que a Ud. la ofenden . Danilo por momentos quiere estar con Ud. como antes y Ud. no lo permite. La presencia de su hija y su pareja evitan que Danilo le haga daño físicamente
– Petrona: Si doctorcito..!así nomas es!… !muy injusto!…¿vio?
– Mediador: ¿Denuncias?
– Petrona: Hace cinco años me pegó en la cabeza una trompada. Me trajeron herida al hospital y se lo llevó la policía. Una Juez no lo dejó entrar en la casa y lo mando a tratarse de la bebida. Los hijos decidieron dejarlo volver y él se fue a“alcohólicos anómicos” y anduvo bien durante dos años. Ahí estuvimos juntos un año más o menos por que le creí…! como tantas veces..!
– Mediador: Bueno Petrona… en principio gracias por confiar todas estas cosas que cuenta y que son para Ud, muy difíciles y dolorosas. Ahora nos queda conversar sobre si puedo serle útil como mediador ya que cuando hay violencia no intervengo.
– Petrona: Yo vengo señor porque me mandan mis hijos y ellos también quieren venir a hablar con Ud. La Matilde no quiere a su padre porque lo ve tan malo, tan agresivo. El Teodoro si lo quiere y no dice nada, solo se mete si el padre está muy curado y se pone muy malo. La Lucia hace muchos años que se fue de la chacra porque no aguantaba más y se mete poco, pero el padre la respeta mucho.
– Mediador: Y como desean Uds. ser ayudados
– Petrona: Bueno…. hablando señor, aunque mas no sea
Toda la estantería de mis libros de mediación estaba en el suelo. El caso no era mediable por todos los costados. El conflicto estructural de la familia con un miembro con alcoholismo crónico y una historia de violencia ,de vieja data, solo podía ser abordado desde una terapia familiar y con un tratamiento para Danilo en grupos de alcohólicos.
Pero Petrona quería hablar y supuestamente también sus hijos. La trama narrativa era interesante ya que una familia de estas características, en esa zona, difícilmente llegaba a ser propietarios de una chacra de cuatro hectáreas, explotadas como una unidad económica por el grupo. Tampoco era habitual que los hijos hubiesen superado el nivel de estudios secundarios y las hermanas el nivel terciario. Otro aspecto llamativo era la permanencia de los hijos mayores de Petrona en vínculos matrimoniales formales que no superaban los tres hijos. La entrega de las tierras a los hijos como adelanto de herencia era otra nota distintiva a las historias que circulaban por mi mesa. Por fin tomé una decisión:
– Mediador: Bueno Dña. Petrona nos vamos a juntar para hablar y ver que se puede hacer… ¿que le parece?
Petrona se levantó de la silla de un salto y apoyándose en la mesa comenzó a llorar de una manera que podría describir como intensa, liberadora de un dolor muy fuerte. Me puse de pie y me acerqué lentamente, coloqué mi mano en su hombro con mucho cuidado y me quedé en silencio, dejando que la emoción de Petrona se desparramara por la habitación. A los pocos minutos se fue calmando y me tomó de las manos sin poder articular palabras. Mis palabras estaban también bloqueadas por un intenso nudo que me dolía en la garganta.
Le di una cita y partió con una sonrisa de dientes muy blancos entre los pliegues de su rostro añejo moreno y curtido
EL ENCUENTRO CON LOS HIJOS
A la semana llegaron al Centro, puntualmente, Petrona y sus hijos. Nos acomodamos como pudimos en la pequeña estancia. Petrona se ubicó en el centro del costado opuesto al mío, de la mesa rectangular ( no había plata para una mesa redonda ) , sus hijas a ambos lados y el varón de pie con sus manos apoyadas en el respaldo de la silla materna. La instantánea familiar que captaba mi retina era la de una madre vieja custodiada por sus tres hijos , ya hombres y mujeres en la medianía de la vida, o un poco menos
Luego de preguntar a cada uno sus nombres y la constitución de su grupo familiar pedí autorización a Petrona para sintetizar la historia que tenía registrada y así lo hice.
La pregunta que surgía en mi interior con claridad era : Ahora, …como sigo?
No hubo necesidad de dar el primer paso porque Petrona no necesitaba estímulos del mediador
– Petrona. Estos son mi hijos mi señor doctor, son buenos hijos y los que me “han dao nietitos” son buenos padres también
– Mediador: Que importante poder contar eso Petrona ¿Cuál es el secreto para crear tan buenos hijos y tan buenos padres?
– Petrona: Años de sacrificio señor, años y años trabajando la tierra desde el la madrugada hasta la noche para darles educación…sabe? . Con estas manos labraba y con las mismas los cuidaba … lo mismo el padre, “cuarao o no “.. .siempre los cuido… a su manera.
Mientras Petrona habla sus hijos permanecen en silencio, todos mirándola. La mayor parece muy relajada, el varón aprieta sus manos en el respaldo del asiento y la menor cambia constantemente de posturas en la silla
– Mediador: Bueno, parece que hoy estoy rodeado de buenos hijos y también de buenos padres…. Es así Matilde?
Matilde se muestra sorprendida por el directo involucramiento al que es invitada
– Matilde: Si, nosotros no nos podemos quejar ..pero mamá y papá no se llevan bien y tenemos miedo que se hagan daño
– Mediador: Daño… como?
– Lucía: Mi hermana vive con ellos y dice que la situación es muy fea. Todas las noches se pelean. Nuestro padre la insulta y nuestra madre le contesta también desde hace un triempoy también le grita y le dice cosas
– Petrona:! Me defiendo!
– Matilde: No le queda otra
– Lucía: Es cierto Matilde ..pero Ud. mamá nos “rigorea “también a todos como si fuéramos chicos. A Ud también “se le vá la boca”
– Petrona (incomoda) El Dr “nos llamó” para habar de tu padre
La cuestión adquiría nuevos matices. La trama narrativa de Petrona contaba con un solo villano y ahora Lucía presentaba el guion que faltaba, el de una Petrona que grita, que se defiende, que “rigorea” y también manipula al mediador
– Mediador: Bien, me gustaría comentarles algo luego de escuchar a Teodoro
– Teodoro. A mi..? Bueno… lo que dicen mis hermanas.. lo mismo..
La actitud de Teodoro es más hermética y no parece estar cómodo en la reunión. Como la cuestión va avanzando sin un encuadre de trabajo mínimo, y no tengo claro hacia donde se dirige mi intervención facilitadora con esta familia, es hora de acordar con los presentes lo que podemos hacer en conjunto, o no hacer porque y para que.
– Mediador: Bien, lo que quiero compartir con Uds. es mi propia confusión. Petrona me pide ayuda con relación a las cosas que le pasan con Danilo y me cuenta que Uds., también quieren conversar con el mediador. Ahora, cuando nos reunimos todos, surgen otras cuestiones familiares. Yo debo ser respetuoso con todos Uds., contarles que no tengo autoridad para decidir nada sobre vuestras familias y que mi intervención tiende a ayudarlos a que ustedes puedan conversar entre ustedes sobre algunas situaciones donde no se pueden poner de acuerdo. Solo puedo ayudarlos a conversar, a comunicarse siempre que se escuchen al que está hablando y sean escuchados cada vez que hablen. Si estamos de acuerdo en esto deben saber que todo lo que ustedes expresan es reservado o secreto o confidencial y que yo no estoy ni debo estar a favor de alguno de ustedes, ya que mi colaboración es para todos, para la familia…. Estas reuniones son posibles solo si hay respeto entre Uds para conversar
Expresé estas palabras muy despacio, mirando a todos y a cada uno en busca de un feedback de comprensión y entendí que los más jóvenes captaban el mensaje pero Petrona me decía sí, quizás por respeto más que por comprensión
– Mediador: Bueno todos dicen haber comprendido. Es así Petrona?
– Petrona; Sí señor
– Mediador: Entonces entiende lo que podemos hacer?
– Petrona. Si señor
– Mediador: Que podemos hacer?
– Petrona. Que el Danilo se vaya de la casa!
Muchos doctrinarios de la mediación dicen que en las intervenciones multipartes suele ocurrir que una de las partes se ubique en un tercer lugar y juegue una especie de comediación con el mediador o facilitador. Este interesante recurso tuve yo en el caso ya que los tres hijos se ocuparon de que la madre comprendiera todo lo que había expresado, con mayor conocimiento y experiencia del campo comunicacional. Entonces Petrona expresó
– Petrona. No es como un Juez entonces?
– Mediador. No Petrona, los jueces pueden tomar decisiones, ordenar cosas, mandar a la policía y yo no. Yo solo sirvo para que podamos conversar entre todos
– Petrona. Ahh! Gracias a Dios!!!
– Mediador: Bueno… parece que hemos entendido lo que podemos hacer. Ahora falta saber de qué vamos a hablar, me gustaría que cada uno dijera un tema sobre el que quiere ponerse de acuerdo, empezando por Petrona
– Petrona: (con lagrima en los ojos) ¡Del Danilo!
– Matilde: ¡De la pieza!
– Lucía ¡De los papas!
– Teodoro: ¡De la finca!
Teníamos encuadre y una agenda temática, involucramiento de los presentes y un mediador que seguía, esclavo de los libros, culpable por meterse en “camisa de once varas”
A esta altura de la reunión advertía presuntivamente que los vínculos entre los miembros de la familia, en la relación de los hijos con sus padres estaban asi
– Mediador: Bien tenemos varios temas, con cual empezamos.. Danilo?
– Lucía Creo que el tema de mis papas, incluye a ambos por lo que solo hay tres temas
– Mediador. Bien Lucía propone hablar de los papás. Petrona… que te parece
– Petrona: El que se porta mal es el Danilo…pero si quieren de los dos.. está bien
– Lucia: (elevando el tono) Bueno mamá… no empiece!… el papá toma y se pone agresivo… pero Ud. También lo provoca cuando le va protestar cuanto está curado. Ni el Teodoro se le acerca cuando está curado.. o no es así?
– Matilde: Lucia no le grites.
– Teodoro: (con voz enérgica y saliendo de su lugar detrás de Petrona) Bueno… ¡ya está para las dos!.. ¡Aquí no nos faltemos el respeto!
¡Bravo Teodoro ¡- pensé- mientras carburaba una idea que nos alejara de un conflicto demasiado binario y complejo como el de la relación entre los ancianos . Se hizo un silencio y aproveche
– Mediador: Teodoro, aquí tengo un banquito que le falta una pata pero si haces equilibrio te podes sentar
El robusto agricultor abrió la puerta de la sala, se colocó a mi lado en el banquito y casi se cae. Lucia entró riéndose y durante unos minutos el humor templó los ánimos del grupo
– Mediador:( dirigiéndose a Teodoro que estaba a su lado como compartiendo el mismo espacio). Decime Teodoro tres cosas que te gustaría que fueran distintas en la Finca.
– Teodoro (sorprendido) Tres cosas?… Bueno que el Papa se haga tratar es una
– Mediador. Las otras?
– Que nos organicemos con el riego y el uso de las herramientas
– Mediador. Bueno, tenemos al papá y su tratamiento, riego y herramientas .Lucia… que propones vos?
– Lucía: Bueno, yo no vivo en la finca.. pero trabajo en ella y sí… lo que dice Teo y además el tema de la limpieza de las canales, los turnos en el riego, papá y que mamá se calme un poco…aunque… si nos ordenamos en los temas que dice Teo, la mamá no va a protestar por esos temas, y podríamos ver como distribuimos la factura de luz.
– Mediador: Matilde?
_ Matilda :Si lo mismo. Que no duerman mas juntos los papás y papá se arme un lugar para él en la “enramada”, hasta que con Julián no podamos armar una casita en la finca
– Petrona: (espontáneamente) La enramada míja es donde tengo mis cositas, le cocino a los perros y lavo. Las otras cosas está bien que se las cuenten al mediador, porque son las que me hacen mala sangre todo el día. ….Sr mediador, dígale que tienen que cuidar las cosas y hacer los trabajos que son para todos los que vivimos en la finca, a mi no me escuchan.
– Mediador. Bueno doña Petrona, yo no puedo tomar decisiones pero sus hijos sí pueden organizarse en las cosas de la Finca. ¿Es así?
– Petrona. Que si pues.. que sí”!!!
– Mediador Y si hay que tomar decisiones o ponerse de acuerdo en estos temas , quien mas tendría que estar.
– Matilde. Nuestros maridos y mi papá
– Mediador: y Herminia?
– Teodoro:,,,,, no ella no se mete
EL SITEMA FAMILIAR PRACTICA PARA PONERSE DE ACUERDO
La cuestión se ponía interesante. Desde mi percepción doña Petrona era una mujer sufrida y castigada por su marido y a su vez manejaba los hilos de la díada ejecutiva del grupo familiar. Exigía desde el rol materno el cumplimiento de las obligaciones en la finca como si sus hijos fueran niños desordenados. Además tenía sus propios espacios, su territorio de la enramada. Los hermanos s entendían bastante bien si se los invitaba al diálogo e incorporaban a la mesa de negociaciones a sus propias parejas. Teodoro era respetado por ser el hombre. El tema del padre alcohólico, no mediable en principio, desplegaba otras negociaciones inconclusas. La familia podía intentar acordar sobre las cuestiones de la finca y luego se vería el resultado para ir por más
– Mediador (dirigiéndose a Teodoro) Bueno Teo, en una situación parecida donde me consultaron algunos agricultores de la zona que compartían una finca, respecto a problemas organizativos, conversamos y uno de ellos quedo en convocar al resto y organizar una conversación entre todos los agricultores. Lo hizo y le salió bien. A mi me parece que vos podrías hacer los mismo, con la colaboración de tus hermanas y la mamá
La historia de los agricultores no era tan así, pero servía como metáfora de algo que podía ser útil en la charla
– Teo: Ud dice, que nos juntemo en familia?…así como acá?…, como nos indico eso del respeto cuando hablamos?…., sin hablar encima? .. eso dice?
– Mediador: Si Teo.. ¡exactamente!
– Teo (mirando a hacia su madre y hermanas) Nos juntamos el domingo en la casa de la mamá todos?
Charlamos sobre cómo se organizarían en la reunión, la conveniencia de anotar lo que se digan. Si luego querían hacer un acuerdo yo podría redactarlo. Teo se comprometió a que su padre estaría sano en ese momento. Llegaba el momento de despedirnos y mi siempre inoportuna emoción andaba por mi pecho y ardía un poquito en mis ojos. Que simples y sanas personas los Quispe. Que respetuosos los hijos de su padre y de su madre, sin perjuicio del sufrido vínculo de la pareja
Mediador. Bueno Petrona vino por un tema y se va con otros para resolver. De todas maneras acá en este papel, que los invito a firmar y se llama “acta”, ponemos la fecha de la próxima reunión donde me gustaría conocer a Danilo personalmente
Nos despedimos y el intercambio de sonrisas, abrazos y hasta besos ( no habituales en este contexto cultural) demostraba que habíamos conversado, y que la narrativa había cambiado en parte y cuando en un sistema cuando ingresa una variación pueden existir múltiples consecuencias
Tiempo después redacté el acuerdo de como se organizarían en la finca. Ellos habían puesto en acto sus habilidades de familia y era hora de utilizar nuevamente sus potencialidades para abordar el relato dominante: el alcoholismo del padre
SE PRODUCE EL ACUERDO BUSCADO CUANDO EL SISTEMA FAMILIAR
PONE LIMITES A TEODORO
La familia no volvió a consultarme y luego de algunos meses vino a verme Danilo acompañado de su padre Teodoro era un personaje típico del campo, de gran talla, con la piel del rostro curtida y resquebrajada por mil soles quehan dorado su piel ya morena. Su manos eran grandes y callosas. Olía a tierra y sudor en ese tórrido verano mendocino
Pasaron los dos hombres y se dio este dialogo
– Teodoro: Dn Tula, aquí está mi viejo que quiere conocerlo
– Mediador: Recuérdeme su nombre por favor
– Danilo. Danilo Quispe pá servirle!!
– Mediador: Siéntense por favor
– Danilo. Se agradece don Tula pero dejamos la Ford mal estacionada
– Mediador:,,,,,, (¿?)
– Teodoro: (incomodo quizás por el silencio)….!Digale pá de una vez!
– Danilo: Le vengo a dar las gracias Don
– Mediador: Le agradezco Danilo pero… que hice yo?
– Danilo: Nos ayudó a la familia?
– Mediador: Solo conversamos algunas cosas pero el trabajo lo hizo su familia … Ud siente que los ayude?
– Danilo. Si Dr?
– Mediador. Y a Ud Danilo…también lo ayude?
– Danilo: Si señor
– Mediador. Como?
– Danilo: No se Dn, pero ahora somos una familia y yo no estoy bebiendo día por día desde hace dos meses
– Teodoro: Nosotros lo denunciamos ,como quedamos con Ud, cuando le pego a mi madre y le prohibieron acercarse a la casa.
– Mediador: Aja!!. Vaya decisión!!
– Danilo :Casi 40 años en mi tierra y me echan por borracho.. mis propios hijos
– Mediador. Muy duro Danilo!!
– Danilo: ¡Si!
– Mediador: Y que pasó luego?
– Danilo: Fui a pedirles perdón y no me creyeron pero el Teodoro les dijo a sus hermanos que hiciéramos un acuerdo de familia como el que Ud nos ayudo, pero con la finca
En tantos años de ejercicio me fui habituando a la capacidad cibernética de autorregulación y adaptabilidad de los sistemas familiares, pero esta vez me sorprendí.
Teodoro había reunido a la familia ( hijos yernos y nuera)y a su padre, Había impuesto un cierto orden para que cada uno hablara y habían decidido que solo podía el padre regresar si reconstruían una casa de adobe que estaba en un lugar de la finca distinto a la casa de la madre e iniciaba un tratamiento de alcoholismo. Todos colaborarían con Danilo pero éste el primer día de trabajo llegó curado y la familia lo hecho nuevamente
Danilo vivía con un vecino también alcohólico y al tiempo cayó preso en un entrevero de borrachos y quedo involucrado en un homicidio en riña, aunque luego se determinó quien era el agresor directo y zafó de la causa . La familia entro en una crisis y volvieron a proponerle el acuerdo. Asi relata Danilo su situación
– Danilo: “Ud no se imagina Dn lo que es estar sin la familia. Yo antes me “curaba” y no sabía dónde estaba pero alguien me daba un plato de comida, me ayudaba a acostarme y me cuidaba, a pesar de las cosas que yo les decía por borracho de mierda. Esa familia señor es todo lo que tengo. Entonces me fui con Teodoro al “Grupo Guia” y me encontré con hombres y mujeres que eran como yo pero querían otra cosa!”
Danilo se quiebra y llora. Teodoro también pero le pone la mano en el hombro. Yo también lloro sin tratar de evitarlo. Es extraña la situación de tres hombres compartiendo lagrimas (dos de ellos recios y robustos agricultores). Me acerco a Danilo y le doy un abrazo fuerte. El hombre tensa los músculos al primer contacto y luego acepta la propuesta. Luego nos quedamos en silencio y finalmente les sirvo un café tibio del termo. Pasado un rato comento:
– Mediador: Bueno… que esta reunión tan “maricona” muchachos?.. no dicen que los hombres no lloran?
– Danilo: Eso,… ¿no?
– Teodoro. Queremos juntarnos con Uds para hacer un acuerdo de familia. Papa ha pedido que lo hagamos por escrito y queremos su ayuda
– Mediador. De mil amores.. pongamos fecha
Los Quispe pudieron salir de una larga encrucijada y vinieron a buscar el acuerdo que había solicitado un año atrás Dña Petrona. La mediación ofreció un espacio de reflexión…el resto corresponde a la reconstrucción de una nueva historia protagonizada por los implicados
El contexto:
El Centro de Medición se encuentra en Fray Luis Beltrán, un pequeño distrito departamental del Municipio de Maipú ( Provincia de Mendoza)
La población ( un 65% de origen boliviano)esta formada por familias de trabajadores rurales, o dueños, o arrendatarios de pequeñas parcelas de tierra, dedicadas al cultivo de verduras y frutas.
La pequeña oficina de mediación se encuentra en una calle principal, a media cuadra de la plaza del pueblo. Alli se concentra la Comisaria, el Juzgado de Paz y el Hospital Público.
El Centro funciona en un viejo baño, adaptado, del hospital, muy ventilado y conectado al corredor principal. En el recinto solo caben tres personas sentadas, mas el mediador
La población que asiste al centro de mediación en muy pobre y en el 80% no ha superado el nivel primario de enseñanza.
Una proporción importante de jóvenes madres de muchos niños de distintos padres, vienen al Centro para reclamar cuotas alimentarias para sus vástagos.Los padres , en mayor proporción, acuden sin demasiado compromiso para ejercer la función paterna con plenitud.
Gran parte de las parejas estables tienen no menos de cinco hijos, a razón de uno cada año o año y medio
La violencia y el alcoholismo forman parte de pautas culturales.
Las situaciones de género se reiteran en forma de un machismo acendrado en el hombre y un sometimiento crónico y tradicional de la mujer
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